lunes, 2 de marzo de 2009

El mancezoo

Todos me dicen que tengo un Zoo en casa. ¡¡para nada!! Cierto es que mi novio teme que cuando vayamos a vivir juntos mi piso se haya convertido ya en el arca de Noé, pero por suerte para él no tengo tiempo ni dinero para mantener todos los bichos que me gustaría.

He tenido un cerdito vietnamita en casa, Nalguete, mi pequeño amor, lo que lo echo de menos!! Y ahora tengo una chinchilla y un canario gordo, sólo dos! Todo el mundo dice que tengo un zoo… aún no necesito ninguna licencia, sólo tengo dos animales! Y además en jaulas, pobrecitos…

Si yo por tener… me gustaría un gato, un perro (por lo menos, es que no sé decidirme), otro cerdito (me encantó la experiencia), un loro, una iguana (esta no la he comprado porque crecen hasta cerca de dos metros y no tendría sitio para ella, pero me chiflan), un dragón chino de agua (ya he pasado dos veces por la tienda pero no tienen aún...) y no sé… esos que me acuerde, pero lo de zoológico me parece exagerar, no podría cobrar entrada para ver a estos bichos. Sino otro gallo cantaría.

Hoy voy a hablar de mi cerdi. A Nalguete sólo le quería yo, la verdad, se adueñó del piso en el que vivo ahora y no dejaba que nadie más durmiese en casa, mis padres dejaron de venir de visita y mi padre lo llamaba “el espantanovios”, pero yo seguía queriendo a ese cerdito gordo y gruñón que era mi Nalguete.

Por ahora sólo voy a dejar la progresión que tuvo desde la primera vez que subió solo a la cama hasta el día que se me metió en la misma y ya no podía echarle. Le compré un edredón y todo para él sólo y así conseguir que no me desalojase de mi dormitorio, ya que lo suyo era dormir en blando, por eso prefería mi cama, no por la compañía tan buena que soy yo.




Un día de noche se subió a mi cama, la primera vez que lo hacía, menudo susto me llevé...

La primera vez se bajó porque no podía andar sobre la cama y tenía miedo, pero la siguiente ya se tumbó tan a gusto.

A la siguiente decidió que si yo me tapaba, él también, que seguro era más cómodo. No lo tapo yo, se metía hasta el fondo y daba la vuelta para sacar la cabeza, por eso queda tapadín.

La última vez ya, además de meterse bajo las sábanas, decidió que lo mejor era posar la cabeza sobre la almohada... no está preparado, se dormía así hasta las 4 a. m, que era su hora del tentempié.

No hay comentarios:

Publicar un comentario