lunes, 6 de abril de 2009

Agujereando lentejas

Esta es la razón por la que no es tan común tener un piercing en el clítoris, como se cree comúnmente. Si bien es factible (dependiendo sobretodo de la morfología de la mujer que se lo quiera hacer), no tiene demasiado éxito porque está comprobado que se pierde sensibilidad con el tiempo y por favor, que no nos quiten eso, que pagar por que te haban una semi-ablación, como que no…

Lo normal es que la relación del pendiente con el clítoris en sí sea la que muestro a continuación. El plateado es de los más pequeños que nos podemos encontrar para esa zona, el transparente es de lengua (y no de los de iniciación, que esos son más grandes para aguantar el hinchazón de la lengua, este es más bien estrechito). Viendo esta imagen es comprensible que es una labor fina el agujerearse esa zona y también se entiende por qué muchos hombres no saben ni dónde está eso e incluso llegan a afirmar que el clítoris tiene 13 cm de profundidad, sería un agujero negro…

El tamaño adecuado para hacerse el agujerito justo ahí sería tenerlo como un garbanzo, que ciertamente habrá muchas mujeres que lo tengan así, pero es que también las hay que dejarían acomplejados a hombres.

Otro día ya pondré un dibujillo de dónde se pone exactamente el piercing de forma más común, favoreciendo el roce y aumentando el placer sin falta de agujerearse tantas terminaciones nerviosas como tiene la lentejita esa.

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