Este método poco efectivo de obtener una solución, que consiste en probar algo y ver si funciona, yo lo he usado bastante a la hora de programar... ya que es útil cuando no se domina algo, sólo se tienen conocimientos básicos.
Repasando el otro día accidentes de las naves espaciales de la NASA me di cuenta que en ese mundillo parece que utilizan el mismo método, sobretodo en sus inicios, ya que la carrera espacial contra Rusia en llegar a la Luna era contrarreloj y supongo existía bastante presión en los ingenieros y científicos, que muchas veces cedían aún cuando habían advertido el peligro de continuar con algunas misiones.
El primer trágico "ensayo y error" que me llamó la atención fue el del
Apolo 3 ó 204, éste
sufrió un incendio durante unas pruebas pre-vuelo el 27 de enero de 1967 ocasionando el fallecimiento de su tripulación. Con las "prisas" (como antes he comentado, de llegar antes que Rusia a la Luna) el habitáculo llevaba todos los cables "sueltos", me refiero a que los astronautas iban sentados entre cables, como tengo yo la mesa del PC, que si micros, teclado, pantalla, impresora, ratón, altavoces, alargadores, la lámpara, el módem... se produjo un cortocircuito (altamente probable...) y pereció la tripulación entera. La cuestión no fue solo de unos cuantos cables sueltos, sino la puerta. La escotilla de la cápsula era muy pesada y tardaba varios minutos en abrirse (manualmente de hecho) lo que no ayudó en el fatal accidente. Tardaron
90 minutos en desalojar los cuerpos de la tripulación.Así, "gracias" a este error, rediseñaron la cápsula con una escotilla que se abría automáticamente en pocos segundos para evitar futuros accidentes similares, además de aislar los cables.
Así quedó el Apolo I (como se renombró posteriormente) tras el incendio. Fuente: wikipedia Durante un lanzamiento programado de otro Apolo, el 12, se había formado una tormenta eléctrica, pero nadie (esto no lo sé, pero es lo que da la sensación) se percató de que eso podía afectar al lanzamiento. Una estructura de tantos metros sobresaliendo en una llanura, sistemas eléctricos funcionando, dispositivos metálicos... eso es un pararrayos! Siguieron adelante con el lanzamiento y lógicamente cayeron rayos sobre la nave, sin saber el alcance que éstos tenían en los sistemas, si lo habían dañado, etc.
El Apolo 12 fue alcanzado por dos rayos durante el despegue antes de deshacerse de la primera fase del cohete,
causando daños exteriores e interfiriendo en los ordenadores e instrumentos de la nave al partir hacia la Luna en 1969, aunque llegó a alunizar.
Otras descargas generaron una orden falsa que desvió y destruyó un cohete Atlas-Centauro, en 1987. Poco después indujeron el disparo antes de tiempo de tres cohetes en posición horizontal, en vez de vertical. (Fuente:
La guía)
Hoy en día se cancelan los lanzamientos cuando hay probabilidad de tormentas, como ocurrió con el Atlantis en septiembre del 2006.
Imagen de un rayo impactando sobre el transbordador. Fuente:elmundo.es Aunque hay otras teorías sobre los problemas surgidos:
premoniciones o
arañas gigantes... Durante la emisión del transbordador se cruzó una araña por la lente de la cámara, recordando a alguna película de serie Z.
Imagen obtenida de infobae.com Y el último caso por hoy, que me estoy extendiendo en la entrada, es el del trágico accidente emitido para más inri en directo (cosa que ahora ya no hacen debido a esto) del
Challenger, el 28 de enero de 1986. A tan solo 72 segundos del despegue hubo una serie de tragedias que habían sido detectadas por los ingenieros, aunque con presiones se siguió adelante con el proyecto, con tan mala suerte que fueron a producirse (la probabilidad de que pase nunca es del 100%, según la NASA la probabilidad es de 1 entre 438).
Tras la deflagración (es decir, que ardió sin explosionar), la cabina de la tripulación permaneció intacta, precipitándose al oceáno en una caída de casi tres minutos, desde más de 15 km de altura una velocidad de 334 km/h, por lo que se estimó que debieron fallecer antes de golpearse contra el mar (fuente:
wikipedia). Posteriormente se descubrió que cuatro de los siete tripulantes habían activado sus tanques de oxígeno en ese tiempo, lo que marcó el hecho de que de haber tenido asientos de eyección, paracaidas y un entrenamiento ante posibles fallos similares pudiesen haberse salvado. Hoy en día, por supuesto que existen estos sistemas, pero claro, en aquellos días, la idea de ponerle un paracaidas a un astronauta que lanzarás al espacio, sonaría irrisoria...
Imagen del accidente del Challenger. Fuente: wikipedia