Estas personas que quedaron inmortalizadas en el Duomo de Milán serían gente importante de la época, algunas de ellas se pusieron con algún artilugio que les caracterizase y no sólo su faz.
Otras figuras típicas de las iglesias góticas, además de numerosas representaciones de escenas de la Biblia y los apóstoles, son las gárgolas. Cumplen la función de ahuyentar a los malos espíritus, a la vez que evacuan el agua de lluvia. Generalmente son monstruos mitológicos o demonios, como este tatarabuelo del pato Donald.
Pero otras veces el arquitecto de la iglesia pensaba que para espantar a los espíritus malvados no habría nada mejor que lo que a él mismo le producía pesadillas: su suegra, por ejemplo. Muchas veces las gárgolas son caras feas que representaban a gente que básicamente le caían mal al encargado de la construcción y así se vengaba de ellos.
No sabemos quienes serían estos dos que están junto los angelitos, el de la izquierda podía ser el tonto del pueblo y el otro uno que le debiese dinero al tallista, pero al final la ciudad entera se veía ahí representada.
Como imagen curiosa, el siguiente canalón de la misma catedral:
¿Y este señor a qué se dedicaría en Milán?
No hay comentarios:
Publicar un comentario